El Santo Padre celebró una eucaristía en el Polígono ante cerca de 400.000 personas, donde habló sobre el apostolado seglar: "¡Vosotros sois la sal de la tierra!, ¡Vosotros sois la luz del mundo!". Posteriormente, visitó la Catedral, la Sacristía, donde contempló los cuadros de Goya y El Greco y la Custodia de Enrique de Arfe.
Posteriormente, en papamovil, se dirigió al Seminario, donde comió, acompañado de Don Marcelo, el Séquito Pontificio, el presidente y secretario de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal arzobispo de Cracovia y los obispos de las diócesis sufragáneas. Un total de 14 personas. El menú consitió en consomé, pescado y carne. En los postres, le fueron presentados unos regalos con ocasión de su onomástica (el 4 de noviembre, es San Carlos Borromeo), dos tartas de mazapán y un plato de damasquino pintado al óleo.
El Santo Padre repitió tres veces con tono de admiración la palabra "mazapán". Era la primera vez que lo probaba y le resultó exquisito.
Fue una visita muy rápida, pues a las cinco de la tarde llegaba el Papa a Segovia, sin embargo, en los toledanos queda en el recuerdo de un día inolvidable. También el Santo Padre se marchó muy contento de la ciudad.
Saludos y feliz domingo.
En el ofertorio de la misa, celebrada en el Polígono, una pareja vestida con trajes típicos, le ofrece un jarrón de cerámica de Talavera de la Reina. |
El Papa Juan Pablo II vista la sacristía de la Catedral |
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Bonita entrada. Es muy emocionante ver que con el paso de los años, la visita que realizó un Papa, ahora se haya convertido en la visita de un Santo. Lo mismo ocurrió con San Ildefonso, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús o San Pedro de Alcántara entre otros, y ahora San Juan Pablo. Todos ellos, hacen de Toledo, un lugar único, por la cantidad de santos que en algún momento de sus vidas, pudieron contemplar tan bella ciudad.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por todo el trabajo de documentación que se puede ver en este blog.